Lamentable. Este es el calificativo que le merece a la portavos del grupo municipal de IU,
Mª José Pérez, la explicación que ha dado el concejal Casas, encargado de recursos
humanos, a la solicitud de restitución de los derechos laborales de las profesoras y
profesores de la Casa de la Cultura conculcados por el alcalde Bellido en la legislatura
anterior.
El pasado 13 de julio, el grupo municipal IU-Ahora-Azuqueca de Henares solicitaba por
escrito al gobierno del señor Blanco la restitución para estos trabajadores de los derechos
que les arrebató el gobierno del PSOE al comienzo de la legislatura de mayoría absoluta
de Bellido.
Al no obtener respuesta, IU presentó una nueva solicitud el día 25 de agosto reivindicando
lo mismo: la restitución de las nóminas de los meses de julio y septiembre que les quitaron
a estos trabajadores municipales.
Mala memoria y, sobre todo, mucha desvergüenza es lo que demuestra el señor Casas en
su respuesta, recibida el 27 de agosto en la que afirma «que no se ha quitado ningún
derecho laboral al profesorado de la Casa de la Cultura, por lo que es imposible
restituírselo».
 
Parece mentira que el concejal Casas no recuerde semejante fechoría cuando por aquel
entonces era concejal del gobierno y apoyó no sólo ese recorte sino muchos otros que
deterioraron los servicios municipales y ocasionaron un gran sufrimiento a los empleados
públicos.
Hay quien cree que hilando un discursito de poca monta y haciéndose el nuevo en política
salva los escollos, contesta a la oposición y satisface cualquier apremio, pero en los
tiempos que corren los oídos del público ya no están para holgarsr con cantos pastoriles.
Gran desfachatez la de este gobierno que se acaba de estrenar porque la mayoría de sus
concejales, incluido el señor Alcade, provienen del anterior, del de Bellido, del que privatizó
y recortó servicios, del que subió desorbitadamente impuestos, tasas y precios públicos y
del que maltrató y despidió a trabajdores municipales.
Una última pareciación: aconsejamos al señor Casas que ponga más cuidado a la hora de
redactar los escritos, porque como decía Voltaire «la escritura es la pintura de la voz».