A lo largo de la historia se ha hablado de muchas personas ególatras, entre ellos, Napoleón.
El ejemplo cotidiano de un ególatra lo encontramos cuando esa persona, ante cualquier actividad, no sólo exagera sus propios logros sino que también desprecia el papel que han ejercido los demás en esa situación para ser él más importante. Considerarse el centro del mundo, sentirse más importante que los demás, pensar constantemente en sí mismo y creer que las opiniones o intereses propios están por encima de los pensamientos ajenos son algunos de los rasgos que lo caracterizan.
El exhibicionismo es otra de las características típicas de la persona ególatra. Siempre para generar esa imagen de triunfo es común que alardeen de sus posesiones materiales o logros. A esto se le une la falta de autocrítica y la intolerancia hacia las críticas externas. Nunca tomarán una crítica como un punto a trabajar sino que lo sentirán como una afronta personal que los ofende.
En definitiva, individuos que se autoproclaman especiales y superiores a los demás, cuya arrogancia les acaba acarreándoles problemas en sus relaciones sociales.
En Azuqueca de Henares y a lo largo de esta legislatura hemos tenido un ejemplo claro y que pasará también a la historia, su nombre, José Luis Blanco. Un patrón general de grandiosidad, una necesidad de admiración y una falta de empatía es lo que le ha caracterizado en estos cuatro años de mandato. Se ha creído especial y único, ha exigido una admiración excesiva, ha sido pretencioso y ha mostrado actitudes arrogantes y soberbias.
Lo último ha sido ver la falta de ética política que posee al no respetar ni siquiera el inicio de la campaña para las elecciones municipales de 26 de mayo. No se le ha ocurrido mejor idea que decorar los escaparates de su nueva sede con su foto, convirtiéndose esta necesidad de exhibirse en algo ya patológico.
Dirá que no está pidiendo el voto, pero de sobra sabe que eso no es cierto. De manera implícita lo está haciendo, porque la ciudadanía ya es conocedora de que él es el candidato del PSOE, de lo contrario esas fotos no estarían hoy decorando los escaparates de su nueva sede.
El artículo 53 de la LOREG que trata del período de prohibición de campaña electoral, establece que “no puede difundirse propaganda electoral ni realizarse acto alguno de campaña electoral una vez que ésta haya legalmente terminado. La obtención gratuita de medios proporcionados por las Administraciones Públicas quedará limitada al periodo estricto de campaña electoral. Las limitaciones anteriores se establecen sin perjuicio de las actividades realizadas por los partidos, coaliciones y federaciones en el ejercicio de sus funciones constitucionalmente reconocidas y, en particular, en el artículo 20 de la Constitución.
No obstante lo anterior, desde la convocatoria de las elecciones hasta el inicio legal de la campaña, queda prohibida la realización de publicidad o propaganda electoral mediante carteles, soportes comerciales o inserciones en prensa, radio u otros medios digitales, no pudiendo justificarse dichas actuaciones por el ejercicio de las actividades ordinarias de los partidos, coaliciones o federaciones reconocidas en el apartado anterior”.
Es una lástima que termine su mandato con estos comportamientos. Desde mi punto de vista, alguien que no tiene ética ni respeto por el resto de las personas y formaciones que presentan su candidatura para optar a la Alcaldía de Azuqueca de Henares, no debería estar legitimado para presentarse a unas elecciones.
OPINIÓN. María José Pérez Salazar