La transparencia y claridad deben constituir una práctica habitual en el comportamiento de las administraciones públicas y de los gobierno para contribuir a mejorar la información de los ciudadanos, derecho que resulta fundamental en el marco de una sociedad desarrollada. No tiene como finalidad alimentar la curiosidad morbosa de los gobernados, sino permitirles que conozcan la gestión de turno y hacerles conocedores del destino de sus impuestos.

No se puede entender la democracia sin transparencia y sin contar con la participación de la ciudadanía en la vida municipal, sobre todo, en los asuntos de mayor calado. Cualquier otra ocurrencia es tratar de aparentarlo para quedar bien, pero desgraciadamente, esa es la forma de actuar del equipo de gobierno de José Luis Blanco: respuestas de concejales a preguntas de los grupos municipales de la oposición que muestras a las claras, sin rubor ninguno, la opacidad de su gestión, una Junta de Gobierno Local que no traslada a los grupos políticos las decisiones que adopta ni las da a conocer a los ciudadanos y un Portal de Transparencia confuso y sin detalles, más preocupado por alardear de los “título, honores, vidas y milagros”, de los que dicen las señoras y señores concejales estar en posesión, que por explicarles a los vecinos en qué gastan su dinero.

En la actualidad, no hay problema en publicar la información que el ciudadano necesita para cumplir con sus obligaciones, pero sí existe un cierto recelo a que se publiquen los datos económicos que permitan a los ciudadanos comprobar el destino efectivo de los ingresos obtenidos con los impuestos.

Le recordamos al señor Blanco que quien administra intereses o bienes ajenos debe rendir cuentas de su gestión. Su gobierno debe ser mucho más transparente, informar a las vecinas y vecinos de la situación económica-financiera del Ayuntamiento y de los acuerdos que pueden afectar a su vida diaria. No basta con la aprobación, de unas normas si éstas luego no se cumplen de forma real y efectiva, se precisa una verdadera voluntad política que por el momento no tiene.

Seguimos sin entender el comportamiento del señor Blanco que,lejos de ofrecer toda esa información a los azudenses, opta por un modelo opaco en el que precisamente no se proporciona los ingresos ni los gastos en los que incurre el consistorio. Tal vez, el temor de contarles a los vecinos que ha gastado en fiestas casi el doble de los presupuestado, sea el que le lleve a ocultar el dato.

Explique y aclare señor Alcalde, que en eso consiste la transparencia.

Música fiestas de septiembre 2015

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