Estamos, por tanto, ante una emergencia democrática que requiere una implicación activa y estratégica de la ciudadanía. Aunque históricamente la población no le ha dado la suficiente importancia, es fundamental comprender que las elecciones europeas tienen un impacto significativo en la vida de todos y todas y más en el momento histórico en el que nos encontramos. Si las y los votantes de izquierda nos quedamos en casa la ola reaccionaria se instalará en el Parlamento Europeo para destruir los derechos conquistados durante años.

Si no revertimos el próximo domingo la correlación de fuerzas, Europa entrará en una larga y oscura etapa de estancamiento y decadencia económica, en la que proliferarán los nacionalismos excluyentes, la polarización política y crispación social, porque la alianza de la derecha y la ultraderecha no pretende otra cosa más que dinamitar la Unión Europea.

Hay que tirar de firmeza y compromiso democráticos, hay que salir a votar en masa el domingo. Cada voto progresista cuenta, porque es un voto más contra la reacción y el odio, contra la mentira y la censura, contra el desmantelamiento de lo público, contra el neoliberalismo sádico, contra el racismo, el clasismo y el machismo, y contra la manipulación de los medios.

Somos nosotros y nosotras quienes conseguimos que se pase de las palabras a los hechos. Somos la fuerza que hace avanzar los derechos.

El futuro de Europa está en juego, el de sus democracias también. Sólo el voto a SUMAR será el que logre frenar a la derecha y a la ultraderecha

Si quiere conocer el discurso ofrecido por María José Pérez Salazar, pinche aquí.