Queremos denunciar con la mayor firmeza el modo en que la revista municipal Azucahica aborda el asunto de la reducción brutal de las horas de limpieza de los edificios municipales. El tratamiento de la noticia es inadmisible, constituye un ejemplo de desinformación malintencionada y capciosa que busca engañar a los vecinos y, a la vez, humillar a las trabajadoras que se encargan de realizar ese trabajo tan digno. Trabajadoras que no son empleadas municipales pero que llevan muchísimos años realizando este servicio dado que vienen siendo subrogadas por las diferentes empresas adjudicatarias, y que no merecen un trato así porque su función, con crisis o sin ella, es imprescindible.

Empecemos por recordarle a la señora Concejala de Contratación, Julia Miguel Piquero, que llegó al gobierno porque los ciudadanos creyeron su promesa, expresada en campaña electoral, que decía lo siguiente: “la limpieza es una de las prioridades de nuestro programa para los próximos años .” Ahora que le toca hacer honor a la palabra dada, la señora Concejala demuestra su verdadera altura y el valor que le atribuye a sus promesas.
Además, la señora Piquero no ha tenido la gallardía de negociar un posible acuerdo de reducción de horas con las trabajadoras de la limpieza y con sus representantes sindicales. Es más, ni se ha reunido con ellas, cuando es evidente el deseo de las trabajadoras de llegar a un arreglo satisfactorio para ambas partes. Tampoco las ha recibido el señor Alcalde, cuando es su obligación atenderlas con el mayor cariño y respeto. La Concejala se ha limitado a ordenar que se elabore un nuevo pliego de condiciones draconiano que provocará que las trabajadoras subrogadas se queden con salarios de hambre o vayan al paro.

Por otra parte, la señora Concejala de Contratación ofende cuando sostiene que el problema de la limpieza viene de los despachos de los grupos políticos que, según da a entender, con toda malicia, se limpian en demasía como si quienes los utilizamos fuésemos unos señoritingos exigentes y caprichosos. La concejala sabe que las dependencias municipales que hay que limpiar suman 44.616 metros cuadrados, y que las de los grupos municipales suponen el 0’02% del total. Es imposible, por tanto, que el problema radique en ese 0’02%. No obstante, si la señora concejala así lo considera, que dé orden inmediata de que no se limpie el despacho de IU (con una superficie de 9 metros cuadrados) porque nos bastamos y sobramos para hacerlo nosotros mismos. Pero que en el futuro se limpien como es debido los aseos del Ayuntamiento, del Centro de Ocio, de la Casa de la Cultura, de los Polideportivos y de otras muchas dependencias municipales, porque en su plan está abandonarlos a su suerte, o mejor dicho a su suciedad. Al menos, que lo haga por los vecinos que los usan, a los que les debemos un respeto, y por las trabajadoras que los limpian que quieren seguir ganándose honradamente el pan.

Es vano que la señora Concejala se empeñe en mentir (porque tal cosa es fabricar una fantasmagoría con retazos), porque basta con leer el nuevo pliego de condiciones de la limpieza para comprobar sus intenciones. Lo cierto y verdad es que el número de horas de limpieza de todos los edificios municipales se rebaja casi un 40%, afectando el recorte de manera desigual a las instalaciones municipales. Por ejemplo, la reducción es brutal en los polideportivos (incluidos los vestuarios), las naves y talleres, el Centro de Ocio, el Foro Cívico, la Casa de la Cultura, el Ayuntamiento, los edificios de urbanismo e intervención y las oficinas de la Policía Local. En alguna de estas instalaciones la reducción de horas de limpieza supera el 85%, con lo que queda comprometida su higiene y, sobre todo, condenados los puestos de trabajo de las personas que los vienen limpiando desde hace muchísimos años. En cambio, la reducción es mucho menor en los colegios. La Concejala, si quisiera ser respetuosa con la verdad debería haber contado ambas cosas, pero no lo hace y por eso afirmamos que miente. Y miente porque se ve en la necesidad de hacerlo, porque sabe que obra mal, que daña a terceros que, además, son débiles y quiere justificar el atropello ante los demás y ante sí misma, aunque no lo va a lograr. La mentira persigue siempre al mentiroso.

No hace falta ser Pitágoras para entender que si se reduce el contrato de limpieza un 40%, se reducen las horas de trabajo otro 40% y, también, los salarios de las personas que limpian otro 40% de media, pudiendo darse el caso, si la reducción no se reparte por igual, que haya limpiadoras que vean su nómina reducida más de un 80%, lo cual significa que quedan despedidas.

Es vergonzoso que el equipo de gobierno mantenga su compromiso de gastarse 350.000 euros en fiestas y, a la vez, no le tiemble el pulso reduciendo las nóminas de unas limpiadoras a niveles de miseria, o mandándolas indirectamente al paro. Quizás sea esta la nueva manera de celebrar el Día Internacional de la Mujer, echando a la calle a trabajadoras de contratas, que son el único sostén de sus familias.

Finalmente, el grupo municipal de IU quiere comunicar a la opinión pública que presentó por registro el 20 de febrero un plan para intentar salvar a las trabajadoras de la contrata de limpieza, en el que se pedía lo siguiente: a) que el gobierno municipal retire de manera inmediata el pliego de condiciones que ha provocado este conflicto; b) que el Ayuntamiento contrate directamente a las trabajadoras de la limpieza de edificios municipales mientras dure la crisis, con lo que se ahorrará el pago del beneficio industrial al eliminar intermediarios y c) que negocie con ellas y sus representantes sindicales la adecuación del servicio de limpieza a las nuevas circunstancias.

Estamos esperando a que el gobierno municipal rectifique su decisión y reconduzca este asunto a un punto de racionalidad que nunca debió abandonar