El Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha acaba de sentenciar que La Alameda Agua y Salud, empresa que gestiona la piscina municipal cubierta, ha pisoteado los derechos constitucionales de una trabajadora, concretamente el derecho a la tutela judicial efectiva (art. 24.1 de la Constitución) al montarle un proceso de despido completamente falso y vengativo porque no toleraba que la trabajadora defendiera sus derechos laborales.

La Alameda Agua y Salud ha sido condenada a pagar los salarios y la seguridad social de la trabajadora despedida que, además, es militante de IU, de lo cual nos sentimos muy orgullosos porque las mujeres de IU defienden sus derechos contra viento y marea, que en eso consiste en ejercer un feminismo de verdad.

Según la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha queda acreditado que La Alameda Agua y Salud

“… lo que en realidad persigue es apartar (a la trabajadora) de la empresa, pese a la inexistencia de motivación de clase alguna, tras la última reclamación salarial planteada. Lo que evidencia la existencia de una conducta que encubre una represalia, con advertencia implícita para el resto del personal de la empresa, y con evidente vulneración de su garantía de indemnidad, en definitiva, de su derecho a ejercer acciones judiciales en defensa de sus derechos laborales, con vulneración así, con la conducta patronal, del artículo 24.1 CE.”

Tras esta descripción de los hechos, los magistrados concluyen que el despido

“… es nulo… que se ha llevado a cabo con vulneración de derechos fundamentales… condenando (a la empresa) a la readmisión inmediata de la trabajadora en su antiguo puesto de trabajo y en las mismas condiciones legales y/o convencionales en que lo venía desempeñando, con abono de los salarios dejados de percibir.”

La trabajadora represaliada, madre de familia además, fue despedida vilmente el día 24 de enero de 2014 por pedir que se le aplicaran las tablas salariales del convenio colectivo.

Meses antes de ejecutarse esta miserable vendetta, la trabajadora nos advirtió de que la empresa iba a por ella porque así mataría dos pájaros de un tiro: echándola conseguirían callarla y, a la vez, amedrentar al resto de sus compañeros.

La premonición, para su desgracia, se cumplió. No hablaba en vano. Conocía el paño de sus empleadores: constructores reciclados en la prestación de servicios públicos que viven de las privatizaciones.

IU denunció los hechos y pidió al gobierno de Bellido, al que se le llena la boca hablando de los derechos de las mujeres, que hiciera algo contra el atropello sufrido por la taquillera despedida, toda vez que el historial de La Alameda Agua y Salud incluía antecedentes de otros abusos parecidos.

Ni el alcalde ni su gobierno movieron un dedo, aduciendo que el asunto estaba en los tribunales (la trabajadora denunció a la empresa, obviamente) lo cual, visto ahora con la perspectiva que dan los tiempos, es una ironía porque el señor alcalde, habiendo sido denunciado por el PP y sin que medie aún sentencia exculpatoria, no para de reclamar apoyos y votos a favor de su inocencia, a lo cual tiene perfecto derecho, el mismo que le negó a la trabajadora injusta e ilegalmente despedida. Vergonzoso.

IU denunció este asunto también ante el Consejo de Igualdad, supuesto sancta sanctorum de la igualdad entre hombres y mujeres, aunque copado por organizaciones y personas “independientes” cercanísimas al PSOE y presidido por la Concejala de Igualdad, señora Yagüe.

La mayoría del Consejo de Igualdad proclive a Yagüe, con Yagüe a la cabeza, pretendió vetar el tema, insinuándose que algo habría hecho la trabajadora para merecer este fin y otras maldades semejantes. No satisfechas, esas mismas personas decidieron organizar pantomimas solidarias a favor de la igualdad con la empresa violadora de derechos fundamentales, decisión que no puede ser calificada sino como recochineo y burla cruel.

En julio de 2014, el Juzgado de lo social de Guadalajara sentenció que el despido de la trabajadora era improcedente. La empresa lo aceptó sin rechistar, como mal menor, a sabiendas de que su culpa era mucho más grave.

Con esta sentencia en la mano, IU volvió a pedir que el gobierno de Bellido hiciera algo contra la empresa maltratadora y concesionaria del servicio municipal. De nuevo, el alcalde no hizo caso. Tampoco el Consejo de Igualdad, que volvió a abrazarse con la empresa organizando juntos más kermeses solidarias. La razón entonces esgrimida no podía ser más escandalosa y pueril: la empresa gestionaria de la piscina municipal no había despedido improcedentemente a una mujer por ser mujer, sino que había despedido a una mujer trabajadora por reclamar sus derechos como mujer trabajadora.

La trabajadora despedida recurrió la improcedencia y ahora un tribunal superior le da la razón al sentenciar la nulidad.

Ya dijimos en su momento y ratificamos ahora que el Consejo de Igualdad es un órgano dedicado a buscar la igualdad por la gramatiquería y las declaraciones rimbombantes, además de ser caja de resonancia del gobierno municipal y del partido llamado PSOE.

Avergüenza el pasteleo del gobierno de Bellido, especialmente de la Concejala de Igualdad, la señora Yagüe, y del Concejal de Deportes, el señor Escudero, con la empresa La Alameda Agua y Salud durante los muchos meses de calvario sufridos por esta trabajadora que, además, fue ridiculizada en las redes sociales por simpatizantes socialistas cuando se quejaba amargamente, con todo motivo, de la injusticia de la que era víctima.

Queremos denunciar que el señor Bellido tiene dos caras: la amable, que muestra en público y que pasean sus medios propagandísticos, y la oculta, que se manifiesta en sus desprecios (este es uno de ellos) y que bien conocen los que le tratan en corto.

También denunciamos que la señora Yagüe, Concejala de Igualdad, se estrenó rebajando el modesto salario de los profesores de la Casa de la Cultura, también de las profesoras, y termina su mandato con la mancha imborrable de haber colaborado institucionalmente con una empresa condenada por violar los derechos constitucionales de una mujer trabajadora.

No nos olvidamos del Concejal de Deportes, señor Escudero, responsable del control de las contratas privadas de deportes, que siempre se puso de perfil en este asunto, que huía de la trabajadora cuando desesperadamente le pedía audiencia y que no reprochó nunca a la empresa sus abusos e ilegalidades.

Tampoco queremos dejar de significar que una parte del Consejo de Igualdad formado por marcas blancas del PSOE (asociación CRISOL, por ejemplo) y otras representantes socialistas han impedido que este asunto gravísimo tuviera la respuesta que se merecía, quitándole importancia y buscando su ocultación. Muchas gracias.

Dicho lo cual, a la señora Yagüe le pedimos la dimisión por su feminismo de pandereta, al igual que al señor Escudero. Si no la presentan, exigimos al señor Bellido que los cese fulminantemente, pida excusas a la trabajadora represaliada y revise la concesión a La Alameda Agua y Salud para sancionarla con la mayor severidad, estudiando la posibilidad de retirarle el servicio con petición de daños, para lo cual deberá ordenar a los técnicos municipales el informe correspondiente.

Y al señor Blanco, Concejal de Hacienda y miembro del gobierno municipal, que se disculpe ante la trabajadora represaliada y se comprometa a emprender cuantas acciones quepan en derecho y en cumplimiento del pliego de condiciones contra La Alameda Agua y Salud, porque Azuqueca de Henares de Henares no se merece concesionarios así de sus servicios municipales.