Da gusto leer las noticias de Azucahica, en las que los concejales del PSOE siempre salen en veintenas de fotos tan guapos, tan diligentes, tan bien peinados, como se merecen, sin dudarlo, porque son excepcionales.
El gobierno del señor Blanco es portentoso. Nunca se equivoca y así lo recoge la revista Azucahica, humilde notaria de una realidad que nos recuerda mes tras mes lo afortunados que somos por tener unos dirigentes tan perfectos que casi parecen inhumanos. ¡Qué suerte!
En nuestra ciudad se nos queda pequeño el cuento de aquel gobernante que siempre tenía encendida la luz de su despacho para que el pueblo viera que trabajaba sin descanso, día y noche, desvelado por el bienestar y la felicidad de sus súbditos. Aquí no vamos a ser menos.
Pero nada es perfecto, por mucho que se adorne. Ni en el cuento del gobernante, porque para eso es un cuento. Sabemos de sobra que detrás de muchos cuentos se esconde una miseria, una tiniebla, una perversión. Es lo que le sucede a Azucahica que nos cuenta un cuento todos los meses. Siempre es el mismo aunque no nos percatamos. El cuento del gobernante, primer servidor público, que nunca apagaba la luz de su despacho.
Vamos a demostrar lo dicho.
Nos cuenta el señor Blanco en el último número de Azucahica, en una entrevista a doble página que “Azuqueca es una ciudad dinámica y vanguardista que genera oportunidades y calidad de vida”, en la que él genera empleo, reduce la presión fiscal, realiza proyecto de mejoras, apuesta por la educación y por las políticas sociales. ¡Cuánta bondad en su gestión!
Los Alcaldes no crean empleo y cuando afirma que “siempre decimos que hemos creado empleo”, de sobra sabe Blanco que miente. En su campaña electoral prometió crear nuevos polígonos industriales y 3.000 puestos de trabajo o, lo que es lo mismo erradicar el paro. La realidad es que tiene completamente abandonados los polígonos industriales existentes y que los planes de empleo, aun siendo una ayuda para personas que se encuentran en situación desesperada debido al drama del desempleo, desde luego, no son la panacea para acabar con el paro.
Dice el señor Alcalde que “en Azuqueca la ciudadanía tiene una menor presión fiscal que en otras localidades del entorno”. O vivimos en ciudades distintas o Blanco nos vuelve a engañar. A modo de ejemplo, señalaremos el tipo de gravamen que han aplicado los gobiernos de municipios cercanos: Villanueva de la Torre 0,50%, Cabanillas del Campo 050%, Guadalajara: 0,53%, San Fernando de Henares 0,40%, Meco 0,41%, Alcalá de Henares 0,43%. Azuqueca de Henares tiene el tipo de gravamen al 0,57%.
En cuanto al proyecto de ampliación de la Casa de la Cultura, no dice el señor Alcalde que no se ha dirigido a los grupos de la oposición, por lo menos no a Izquierda Unida, para explicar con detalle en qué consiste, cuál es su coste, si la JCCM va a aportar algo y a qué partida presupuestaria se va a repercutir este gasto. Es vergonzoso que los representantes de 1.812 vecinos se tuvieran que enterar de este proyecto a través de la prensa.
No dice el señor Blanco en la entrevista que ya no reivindica los 450.000 euros que recibía Azuqueca de Henares para las escuelas infantiles públicas, porque ahora gobierna su jefe, García-Page. Por esta razón, actualmente las familias tienen que pagar por una plaza 220 euros al mes, cuando en el 2011 pagaban 150 euros. Lo mismo sucede con la subvención de 60.000 euros que recibía el municipio para la Escuela Municipal de Idiomas, sin olvidar que los Institutos, para el curso 2016-2017, han contado con un presupuesto de funcionamiento ordinario inferior que cuando gobernaba Cospedal. Ahora, para no molestar a su jefe inventa un par de programas educativos a cargo del presupuesto municipal, cuando la educación es competencia del Ejecutivo regional.
No es cierto que en el Plan Extraordinario por la Cohesión Social invierta 450.000 euros. Eso es lo que prepuesta, cosa distinta es lo que ejecuta. En el año 2016 no ejecutaron ni 300.000 euros de la partida destinada a la Estrategia municipal contra la pobreza y exclusión social. Para la de cohesión social tenían presupuestados 140.000 euros y solo gastaron 43.200 euros y la de apoyo nutricional y refuerzo escolar solo destinaron 187.000 euros, en vez de los 400.000 euros que tenían previstos.
Esto es lo que cuenta Azucahica del modo en que lo cuenta. Pero además está lo que no cuenta, que a veces es más importante que la noticia, el breve o el reportaje.
Nada dice Azucahica en este número en el que el señor Alcalde hace balance de sus dos años de gobierno, del gasto en fiestas que en 2016 superó el millón de euros.
Tampoco reseña Azucahica que el proyecto DUSI de Azuqueca de Henares ha vuelto a recibir un suspenso en segunda convocatoria. El señor Alcalde prefirió analizar la realidad y las necesidades del municipio solo, sin contar con los vecinos, con los agentes económicos, sociales e institucionales, para fijar con ellos las líneas básicas y poder tomar parte en esta convocatoria. Optó por contratar los servicios de una consultora por los que los azudenses pagaron 12.100 euros.
Y para terminar por ahora, Azucahica no se hace eco de las prácticas antisindicales del equipo de gobierno, que ningunea constantemente a los representantes de los trabajadores.
Por segundo año consecutivo, el equipo de Blanco aprobaba una Relación de Puestos de Trabajo y una Plantilla de Personal sin que hubiese producido esa negociación previa con las secciones sindicales tal y como establecen las leyes, la Jurisprudencia y el propio Convenio Colectivo. También y durante todo este tiempo el gobierno municipal se ha negado a proporcionarles cualquier información necesaria para ejercer su derecho de representación. Afortunadamente, la Justicia le ha dado la razón al Comité de Empresa y le recuerda al equipo de Blanco en su sentencia, que no sólo están obligados a dar acceso a la información sobre ciertas actuaciones a los representantes de los trabajadores, sino que además es obligación de su gobierno consultar y negociar con el Comité de Empresa todas las decisiones que hasta ahora ha tomado de forma unilateral.
La revista Azucahica nos cuenta cosas muy bonitas del señor Blanco y de su gobierno, pero hay otras cosas que no nos cuenta, más feas y ruines, para no quitarnos el sueño. Ya sabemos que el gobernante, desde su despacho, vela por nuestro bienestar, con su lucecita encendida día y noche.
No quiere mostrarnos la fealdad de lo que sucede en el municipio, prefiere que vivamos en la ignorancia y en el desconocimiento.