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Las grandes cadenas comerciales tienen canales de venta online muy potentes, así como un servicio de entrega a domicilio eficaz. Esta es una de las razones por las que venden más, en detrimento del comercio local de proximidad, que tiene muchas más dificultades de acceso a herramientas colectivas de Comercio 4.0.

Con la pandemia estamos viendo que los supermercados tienen, por lo general, un buen nivel de ventas, mientras que el pequeño comercio o está cerrado o abre muy limitadamente con un nivel de negocio que puede abocarle a la ruina.

Una de las razones, aunque no la única, por la que las grandes superficies siguen vendiendo en este tiempo tan complicado es porque los clientes pueden encargar su compra por internet, pagarla sin manejar dinero físico (que, desde luego, siempre resulta poco higiénico) y recibir el pedido en casa, todo en un acto, sin esperar varias colas y sin desplazamientos peligrosos e innecesarios.

Es un hecho que no hay ninguna superficie o cadena comercial de formato medio o grande que no cuide sus canales de venta online, así como la entrega a domicilio, porque le va la existencia en ello.

El pequeño comercio local se encuentra ante el mismo desafío, pero mucho más amplificado por la pandemia. La importancia de la pequeña tienda de barrio es indiscutible, no solo para la economía sino para la vida del municipio. Por eso se debe apostar por acciones de este tipo, que buscan la innovación como estrategia indispensable de adaptación a los nuevos hábitos de compra y de venta. El pequeño comercio local debe abrir sus puertas, y más en estos momentos tan complicados, a modos de venta no presenciales, llevando su catálogo de productos a los hogares, teniendo una pasarela de pagos eficaz, transparente y segura, y con una entrega a domicilio rápida.

Es verdad que de manera individual algunos comercios ya lo hacen, si no completamente, al menos en parte. Pero estas iniciativas individuales no son suficientes para salvar al pequeño comercio local.

Por eso es muy urgente crear una plataforma digital común que agrupe a todos los pequeños comercios locales que así lo demanden, desde la que, al menos, puedan presentar sus productos, venderlos, cobrar y enviar los pedidos a sus clientes, operando con la mayor proximidad , otorgando a sus mercancías y servicios un valor especial y competitivo para los consumidores.

Plataformas de este tipo ya existen y funcionan. Son por lo general de carácter privado y cobran una comisión. Por lo tanto, el Gobierno municipal debe desarrollar urgentemente una aplicación (APP) de este tipo en colaboración con los pequeños comerciantes de la localidad y de sus representantes.

Ir al comercio 4.0 no es una opción. Es una necesidad, aún mucho más urgente hoy debido a la pandemia, si no queremos que desaparezca el pequeño comercio. ¿Será la solución a todos sus males? No, desde luego, pero puede poner las bases, si se desarrolla con inteligencia, para que el pequeño comercio pueda afrontar en mejores condiciones el gravísimo desafío que amenaza su supervivencia.