En una época de turbulencias como la que vivimos y con una izquierda, en su conjunto, ganadora en nuestra localidad, la necesidad de dialogar y entenderse era una obligación. Pactar no es renunciar, pactar es buscar el camino que permite llevar a la práctica las políticas que necesita la ciudadanía. Y para pactar hay que tener voluntad de pacto, pero también hay que tener un proyecto político. Porque no se trata de repartir sillones, como han insinuado, no lo necesitamos, vivimos de nuestros trabajos. Se trata de pactar políticas, medidas con las que mejorar la vida de la gente, como hemos manifestado siempre desde la oposición.

Nadie duda de la legitimidad democrática de los gobiernos fruto de las mayorías absolutas, pues son el resultado de la libre expresión de los ciudadanos en las urnas. Sin embargo, muchos años en el poder y en base a esa legitimidad democrática de origen que les da las urnas, demuestran, durante el mandato, un ejercicio muy poco democrático.

Esto hace que controlen totalmente la administración local que dirigen y con el paso de los años se van relajando los controles, se aplican las normas de forma enormemente laxa o, a veces, ni se aplican. Este tipo de gobiernos acaban por perpetuarse en el poder, anulando cualquier tipo de oposición o alternativa con su férreo control de la institución, que principalmente ponen a su servicio.

En cambio, las coaliciones equilibran, templan, son más eficaces y establecen mecanismos de fiscalización interna en los gobiernos. En Azuqueca queremos ser un referente en la protección de los derechos del conjunto de la población y conseguir así mejorar la ciudad. Y en eso se basa nuestro objetivo, en demostrar que las cosas se pueden hacer de otra manera.

Estamos trabajando conjuntamente para que desde este Gobierno de Coalición pongamos en marcha, a lo largo de la legislatura, entre otras muchas, todas esas medidas pactadas que mejorarán la vida de la gente: vivienda pública, seguridad ciudadana, fomento del deporte, atención a la salud mental, emancipación, igualdad de oportunidades, conciliación familiar, transparencia, cambio climático, etc. En definitiva, la defensa del Estado de Bienestar.

Sabemos decir no cuando hay que decir no y sabemos llegar a acuerdos cuando son necesarios, porque no defendemos posiciones partidarias, sino que buscamos siempre, por encima de nuestras siglas, lo mejor para la ciudadanía.