El lunes 23 de abril comenzó un encierro del comité de empresa en el salón de plenos del Ayuntamiento.
El propósito de los trabajadores encerrados en el consistorio, una vez agotadas todas las vías de negociación con el señor Bellido, era impedir que se consumara el despido de cuatro trabajadoras municipales cuyos sueldos pagan el Gobierno regional y el Ayuntamiento, tras confirmarse la decisión de la Junta de retirar su aportación y fracasado un ERET que no tenía visos de prosperar.
El encierro duró tres días, hasta que el gobierno de mayoría absoluta del señor Bellido ratificó que se desentendía del futuro de sus trabajadoras municipales, mandándolas al paro. Conocido el desenlace, los encerrados decidieron deponer su actitud, abandonando con total dignidad unas dependencias públicas que cuidaron con exquisitez. Llamó mucho la atención que los despachos del equipo de gobierno, incluido el del Alcalde, permanecieran cerrados en ese crítico momento, quizás para evitar que las miradas de las trabajadoras despedidas se cruzaran con la de algún concejal que aún se reclama socialista.
Durante los tres días de encierro, los trabajadores que lo protagonizaron mostraron una actitud ejemplar, a diferencia del equipo de gobierno que, cautivo del histerismo, se comportó de manera autoritaria e intolerante, especialmente contra los ciudadanos que apoyaban al comité de empresa.
Durante estos días hemos contemplado, atónitos, cómo el equipo de gobierno ha tomado decisiones impropias de quienes se reclaman no ya socialistas, sino demócratas, contra cualquiera que se oponga a su dogmatismo. Algunas de ellas son las siguientes:
1)      La mayoría absoluta del señor Bellido ordenó al personal municipal que impidiera el acceso del Concejal de IU al Ayuntamiento durante una parte de su horario de apertura, exactamente entre las 19’00 horas y las 22’00 horas, mientras durase el encierro.
2)      La mayoría absoluta del señor Bellido ordenó que se impidiera que los trabajadores encerrados en el salón de plenos salieran al balcón contiguo a la dependencia que ocupaban, al igual que les obligó a tener las ventanas cerradas y las persianas bajadas, con el objeto de hacer invisible un conflicto laboral que avergüenza a toda persona de bien.
3)      La mayoría absoluta del señor Bellido prohibió que se suministrara comida a los encerrados, cerrando a cal y canto el Ayuntamiento a partir de las 19´00 horas, para lo que puso vigilancia policial en la puerta.
4)   La mayoría absoluta del señor Bellido amenazó con suspender una última reunión con los sindicatos si la oposición, en el uso de su libertad, acudía a las asambleas convocadas por los trabajadores, coaccionando con su medida tanto a los empleados públicos como a los concejales de la oposición.
5)   El viernes día 20, el señor Bellido convocó a homilía a los trabajadores municipales con un doble fin: reventar la asamblea que tenían convocada posteriormente y amedrentarlos con amenazas. La actitud y las palabras del señor Alcalde fueron el detonante  que llevó al Comité de empresa a encerrarse en el Ayuntamiento.
6)  Finalmente, la mayoría absoluta del señor Bellido, para tapar el escándalo provocado por sus decisiones injustas, fabula el desvarío de que todo lo que ocurre es resultado de una concertación secreta entre el comité de empresa, UGT, CCOO, IU y PP.
Tanto desahogo y nerviosismo por parte del señor Alcalde, desconocido en la historia democrática de este municipio, nos lleva a sospechar que se avecinan más despidos de personal laboral municipal. El gobierno de mayoría absoluta del señor Bellido quiere verse con las manos libres para actuar en el futuro del mismo modo, de ahí que tuviera que ser implacable con estas cuatro trabajadoras. Además, cuenta con mayoría absoluta y con una reforma laboral que le allana el camino. Definitivamente, los señores del PSOE que nos gobiernan han aceptado la lógica maldita de los recortes y de cargar la crisis en las costillas de los trabajadores. Luego irán a las manifestaciones contra la reforma laboral y se quedarán tan anchos.
Nos esperan tiempos muy difíciles. Gracias a la mayoría absoluta de Cospedal y de Bellido, ningún trabajador municipal puede ya dormir tranquilo. ¡Larga vida al bipartidismo!