El portavoz del grupo municipal de IU, Emilio Alvarado, se ve en la obligación de contestar a la nota de prensa emitida por el gobierno del señor Bellido, en la que se intenta desprestigiar, con todo género de malas artes y simplezas, la justa reivindicación de cuatro trabajadoras municipales que han sido despedidas por el Ayuntamiento, así como la actuación del comité de empresa por defenderlas.
Según el grupo municipal de IU, la opinión pública debe conocer por qué se ha producido este conflicto y qué piden exactamente las trabajadoras municipales y sus representantes, para que valore sin distorsión sus motivos y reivindicaciones.
Los hechos, puros y desnudos, limpios de ganga, son los siguientes:
Primera mentira: dice el gobierno de Bellido que las trabajadoras despedidas son trabajadoras de la Junta de Comunidades. La verdad es que las cuatro trabajadoras despedidas son empeladas municipales (algunas llevan más de ocho años sirviendo diligentemente para nuestra ciudad) que desempeñaban sus tareas en servicios también municipales: Biblioteca Municipal, Ludoteca Municipal y Centro de Ocio para Mayores. Además, el señor Bellido prometió en su último programa electoral apoyar y mejorar esos servicios municipales sin excepción, porque él no es “de los que compromete su palabra en balde”.
Segunda mentira: afirma el gobierno de Bellido que los salarios de esas trabajadoras los paga la Junta de Comunidades. La verdad es que las nóminas de esas cuatro trabajadoras eran pagadas por el Ayuntamiento y por una aportación de la Junta de Comunidades. El gobierno regional, del que se recibían unos 50.000 euros anuales para tal menester, ha decidido de manera unilateral suprimir la subvención, lo que no justifica que se elimine la parte del Ayuntamiento y, si hay posibilidad, suplementarla.
Tercera mentira: el señor Bellido últimamente no para de afirmar en público, explícita e implícitamente, que los trabajadores municipales y su representación sindical son sus adversarios, además de un problema para el Ayuntamiento. Lo cierto es que el mayor enemigo del señor Bellido es la soberbia, la mayoría absoluta y creerse la pamema de que gobernar es hacer lo que le venga en gana, como prohibir el paso del concejal de IU al Ayuntamiento durante su horario de apertura habitual.
Cuarta mentira: dice el señor Bellido que no hay otra opción que echar a la calle a esas trabajadoras. La realidad es que se las puede recolocar en otros servicios municipales en puestos vacantes que, además, están presupuestados. Además, el equipo de gobierno puede ahorrar gastos en el capítulo dos (por ejemplo, suprimir la edición en papel de la revista Azucahica que nos cuesta 50.000 euros al año) para mantener en sus puestos de trabajo a las cuatro empleadas que, si nada lo remedia, engrosarán en unos días las listas del paro.
Quinta mentira: el ERET es la solución o, al menos, la esperanza. Lo cierto es que es un paripé para quedar bien ante la opinión pública. Es de chiste plantear un ERET para cuatro trabajadoras, cuando la plantilla del Ayuntamiento se cuenta por cientos de empleados.
Sexta mentira: hay una conspiración contra el señor Bellido, de la que son partícipes los sindicatos, IU y el PP, y en la que actúan como coristas unas trabajadoras desesperadas dispuestas a tragarse cualquier anzuelo. La realidad es que hablar de contubernios nos lleva a tiempos que creíamos superados, y muestra que el señor Alcalde ya no sabe qué decir para mantener una imagen que se cuartea aceleradamente.
Séptima mentira: mantener en plantilla a estas cuatro trabajadoras pone en riesgo el pago de las nóminas del resto de los trabajadores municipales. La realidad es que hablamos de 50.000 euros, que se pueden obtener no gastando en otras partidas superfluas, como la edición en papel de la revista Azucahica o, por ejemplo, achicando o suprimiendo la partida de fiestas, que asciende a 350.000 euros.
Octava mentira: este es un conflicto politizado, ergo es una manipulación urdida por la oposición para rascar algún que otro voto. Nada más lejos de la realidad. Es un conflicto laboral al que se suma IU porque estima justas las reivindicaciones de las trabajadoras afectadas, así como la acción de los sindicatos y del comité de empresa para ampararlas.
Novena mentira: la oposición sabía que los trabajadores se iban a encerrar en el salón de Plenos y el gobierno no, prueba irrefutable de que actúan concertados. Lo cierto es que IU no sabía que tal cosa iba a ocurrir, pero se lo temía, dado el grado de enconamiento que había adquirido el conflicto y la cerrazón del señor Bellido para llegar a una solución satisfactoria. Sorprende que los señores del equipo de gobierno no sospecharan lo mismo, lo cual demuestra que viven en la inopia proporcionada por una mayoría absoluta que les hace creerse más altos, guapos y listos que la media nacional.
Décima mentira: a pesar de todo, aunque parezca lo contrario, el equipo de gobierno sigue siendo socialista. Lo único que cabe decir aquí es que la fe sin obras es cosa muerta.
Dicho lo anterior, que ha de servir como base para entender con serenidad lo que está ocurriendo, reafirmarmos el compromiso de IU para apoyar las reivindicaciones de unas trabajadoras municipales que luchan por su puesto de trabajo, como haría cualquier hijo de vecino si se viese en la misma tesitura.
Lo que IU le pide al gobierno municipal es muy sencillo: que mantenga en plantilla a estas trabajadoras, que sostenga, tal y como se comprometió, los servicios municipales en los que desempeñan su labor y que, a la vez, exija a la Junta de Comunidades que abone los 50.000 euros que, para este menester, había venido aportando hasta hoy.
Si el señor Bellido quiere entenderlo, magnífico. Si no, es su problema y le exigiremos que rinda cuentas ante la opinión pública.