Izquierda Unida lleva la «Rebelión Democrática» a las calles y plazas de todo el país. Esta rebelión debe servir para lograr que el pueblo se adueñe de su  destino y haga pagar la crisis a los culpables: especuladores financieros, élites antidemocráticas que gobiernan la Unión Europea, socialdemócratas y demás derechas.
Los últimos recortes anunciados por el gobierno de Rajoy han marcado un antes y un después, elevando el grado de crispación entre los ciudadanos que no tienen porqué seguir sufriendo las consecuencias de una crisis provocada por otros.
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