Empecemos por lo obvio: la competencia sobre las Casas de Acogida es autonómica y los recortes que sufren son responsabilidad exclusiva de Cospedal, que añade a su condición de mujer que traiciona a las mujeres en situación de máxima necesidad, la de presidenta de una Comunidad autónoma en la que no está y que gobierna a ratos desde Madrid, imponiendo por whatsapp un programa nefasto y mentiroso que nos empuja a la ruina social.

El gobierno de Cospedal ha reducido la subvención que sostiene a las Casas de Acogida (en la que viven las mujeres maltratadas por sus exparejas, junto con sus hijos, para protegerlas de la violencia machista) lo que se traduce, en el caso de nuestra localidad, en bajadas de los salarios de sus profesionales del 20%.

Reducir la financiación de las Casas de Acogida o desentenderse de los planes de empleo es hoy, con la crisis que padecemos, abandonar a su suerte a los más vulnerables, en este caso a mujeres que son forzadas a convivir con los verdugos que las pegan y las destrozan psicológicamente. La crisis y los recortes han provocado una reducción de las denuncias por violencia machista, aunque el mal sigue ahí, engordando en silencio, hasta que revienta en casos espeluznantes en los que las mujeres acaban asesinadas y también sus hijos a manos de sus parejas.

Dicho lo anterior, el Ayuntamiento de Azuqueca de Henares se enfrenta a un problema, le guste o no, producido por el enésimo recorte de Cospedal. ¿Va a consentir el señor Alcalde esta agresión contra la Casa de Acogida (que aumenta los padecimientos de las mujeres que son víctimas de malos tratos) o hará algo práctico para remediarla?

Se estima que bastarían 15.000 euros al año para compensar el recorte salarial perpetrado por el gobierno del PP. Es una cantidad pequeña que el Ayuntamiento podría afrontar reduciendo la partida de fiestas, los contenedores de poda o eliminando la edición en papel de la revista municipal, por ejemplo. El Ayuntamiento, obrando así, además de reparar una injusticia, daría ejemplo, en consonancia con el espíritu reivindicativo del 8 de marzo recientemente celebrado en nuestro municipio.

Somos de la opinión de que pasó el tiempo de las jeremiadas cada vez que Cospedal golpea a un sector de la sociedad (parados, dependientes, jóvenes, mujeres maltratadas, trabajadores, estudiantes, enfermos, niños, etc…) Cansan y aburren los discursos y las retóricas, tras casi dos años de soportar al peor gobierno de la historia de nuestra comunidad. Los ciudadanos reclaman hechos y acciones que resuelvan. Porque eso es lo que toca, recomponer un país desmantelado marcando un rumbo nuevo.