Gentes de Guadalajara, especialmente de los municipios más amenazados (Molina de Aragón, Maranchón, Luzón, Anguita, Aguilar de Anguita, Garbajosa, Alcolea del Pinar y Sauca) se manifestaron contra el fracking (fractura hidráulica) en una mañana soleada e impropia de estas fechas, marchando por la Calle Mayor desde el Infantado hasta la Plaza de Santo Domingo.

A la manifestación se unieron fuerzas políticas, sindicales, sociales y ecologistas entre las que se encontraba IU.

Hubo destacadas ausencias de cargos socialistas (no de alcaldes) más preocupados por ir a su conferencia política que por estar donde prometen y deben, aunque pudiera ser que prefirieran estar en su nuevo Suresnes para pedir perdón y hacer penitencia por el artículo 135, por la ley electoral, por los desahucios, por los compadreos con Botín, por indultar a banqueros delincuentes, por la reforma laboral, por la alabanza a Felipe González que sigue cobrando de Consejos de Administración, por el aplauso a su camarada en la troika, Joaquín Almunia, por su silencio ante las tropelías de Narcís Serra, por su cariño cien veces demostrado al mejor amigo de El Pocero, José Bono, por la imputación de Magdalena Álvarez a la que colocaron en el Banco Europeo de Inversiones, por la imputación del alcalde de Segovia y, también, por haber permitido el fracking en nuestro país (y no seguimos porque no toca).

Mutis por el foro hicieron los representantes de la formación magenta, igual que el PP, al que tampoco se le vio porque se declara partidario de envenenar y arruinar nuestra provincia con basureros nucleares, secado de embalses y demás violencias sobre el territorio.

La fractura hidráulica es un sistema invasivo, peligroso y muy contaminante para extraer gas y petróleo almacenado no convencionalmente en el subsuelo. La fractura hidráulica consiste en inyectar a muy alta presión grandes cantidades de agua mezcladas con sustancias aditivas en los estratos en los que se encuentran los yacimientos, para liberar su contenido y extraerlo a la superficie. El agua inyectada, que es agua contaminada, puede envenenar acuíferos y liberar otras sustancias como arsénico natural fósil al romper el sustrato rocoso que las confina. Los contaminantes generados por esta técnica son muy diversos y van desde el radio hasta el ácido clorhídrico, gasóleo, fuel, benceno, ésteres de glicol, metano, bromuros y arsénico. Los daños médicos provocados por estas sustancias liberadas en el agua del subsuelo y a la superficie pueden provocar un aumento de los casos de leucemia y de otros cánceres, así como incrementar los problemas endocrinos, neurológicos y del sistema inmune de las personas afectadas. Además de estas consecuencias negativas, la fractura hidráulica produce una contaminación en superficie muy notable y arruina otros usos que se le pudieran dar a las tierras en las que se ha practicado una vez agotadas las bolsas de gas y de petróleo que contienen.

La fractura hidráulica ha sido prohibida en Francia, Holanda, Bulgaria y Chequia. En países como EEUU está permitida a pesar de sus consecuencias dañinas, como demuestra el informe del Environmental America-Research Policy Center publicado recientemente.

Apostar por la fractura hidráulica en nuestro país es una insensatez, porque nos sobra sol y tenemos una tecnología puntera en el sector de las energías renovables, como reconoce cualquiera que tenga dos dedos de frente.

El PP quiere imponer la fractura hidráulica ahora que ya ha logrado la fractura social, en connivencia con petroleras y compañías gasistas. Prueba a hacerlo donde cree que habrá menos resistencia ciudadana, en provincias como Guadalajara, con pueblos abandonados y población dispersa y envejecida a la que se quiere comprar con un poco de beaterío, limosnas a fondo perdido y paella gratis el día de visita de la autoridad competente, que para eso la diputación y la Junta siempre encontrarán el crédito adecuado.

Hasta ahora el plan de la Junta de permitir el expolio de Guadalajara (quitarle el agua de sus pantanos mientras los pueblos ribereños no tienen agua en verano y convertirla en el basurero nuclear de España) se ha cumplido, por la maldad y traición de alcaldes del PP dispuestos a vender a sus vecinos por un plato de lentejas. Toca saber si se cumplirá la enésima atrocidad, la de la fractura hidráulica, que nos llevará a una Guadalajara baldía y desierta de gentes y esperanza.

La fractura hidráulica demuestra que el petróleo y el gas natural se acaban y que las explotaciones que antes eran caras ahora son rentables, a lo que se añade la locura de creer que la vida del hombre sobre el planeta puede sostenerse quemando cantidades mayores de combustibles fósiles que ahogan nuestros pulmones y cambian el clima a una velocidad vertiginosa.