Queremos denunciar el mal uso que hace de los edificios municipales el equipo de gobierno del señor Bellido, concediéndole a una asociación, de la cual es presidente el señor padre del Concejal de Hacienda, el disfrute de unas salas la madrugada del año nuevo, para hacer una fiesta que duró hasta las seis de la mañana.
A los organizadores de la fiesta se les entregó las llaves de la instalación, de modo que durante su celebración no hubo ni conserje ni ningún otro trabajador municipal al cuidado del edificio, incumpliéndose de este modo el protocolo de cesión de espacios públicos que establece que los edificios municipales estarán abiertos siempre y cuando exista personal municipal a su cargo, que vele por el buen uso de las instalaciones y por la integridad de las personas que están en ellas. Además, con esta decisión, el gobierno del señor Bellido se salta a la torera los planes de evacuación de las instalaciones municipales, que están regulados en normas aprobadas por la corporación.
Esto de dar la llave de un edificio municipal a un particular, por muy presidente que sea de una asociación, para organizar una fiesta nocturna, no está bien. El señor Alcalde es muy libre de dar las llaves de su casa a quien desee para celebre en su salón comedor lo que le parezca, pero no tiene ningún derecho a hacer lo mismo con lo que es propiedad municipal.
Además, esta decisión crea un precedente embarazoso que podrán invocar otras asociaciones o particulares. Imaginemos que un club deportivo, o un grupo de música o una asociación cualquiera pide las llaves del complejo deportivo, de El Foro o de la Casa de la Cultura para practicar su actividad a la hora que se le antoje: ¿autorizará el señor Bellido tal uso? Según el precedente sí. Y si no, tendrá qué explicar por qué algunos disfrutan de un privilegio que otros no tienen.
Exigimos seriedad al señor Bellido y a sus concejales. Las instalaciones municipales se atienen a unas normas que han de ser respetadas, en primer lugar por quienes las administran. Lo contrario es capricho, abuso y discrecionalidad.