Los buitres acechan nuestra ciudad. No tienen alas, no planean majestuosos por los cielos serranos, no cumplen la tarea que la naturaleza les encomienda consistente en limpiar los campos de carroña. No, nada de eso. Los buitres que nos visitan son la carroña, lo que hay que extirpar, quitar de la circulación, echar de nuestra ciudad y del país entero.

Estos malnacidos, llamados grupos de inversores, se dedican a comprar viviendas habitadas por familias pobres y con deudas para, previo desahucio de los moradores, revender sus casas a un precio muy superior, con rentabilidades medias del 20%.

Estos fondos son aceleradores de desahucios y seleccionan a sus víctimas por su debilidad para acabar con ellas sin riesgo, sin despeinarse, como la hiena ataca al animal enfermo. Son la cobardía personificada y en un país decente sus promotores debieran estar en la cárcel, pero sin sopa boba y a trabajos forzados. Pero no, encima las leyes les amparan y si las familias se resisten a que les roben el techo que les cobija, las autoridades mandan a los antidisturbios para echarlas a la calle sin contemplaciones y, si es menester, multar con cantidades confiscatorias a los ciudadanos que intenten impedirlo.

Estos grupos de inversores, fondos buitre los llaman el pueblo con su sabiduría innata, se anuncian impunemente en nuestro municipio en propagandas anónimas en las que sólo figuran un número de móvil y una dirección de correo. Qué valientes estos buitres que no asoman el pico por si alguien se lo parte, con más razón que un santo, por cierto.

En Madrid esta gentuza buitresca se está poniendo las botas gracias al PP, que les ha vendido las viviendas sociales con las familias dentro para hace caja, sin importarle al PP que el negocio implique tirar a las familias a la calle en un plazo máximo de dos años.

No extraña que el Ayuntamiento del PP venda las casas de las familias pobres a esta gentuza puesto que Aznar, el marido de Botella, ganó mucho dinero en un fondo buitre, Centaurus Capital, y el hijo, Aznar-Botella, ha sido fichado por otro fondo especulativo, de nombre Cerberus, que se dedica a lo mismo. Malditos todos.

Alarmado por la presencia de esta chusma en nuestra ciudad, el Grupo Municipal de IU presentó con carácter de urgencia una moción en el Pleno de 29 de enero denunciando esta infamia entre las infamias.

Si quiere conocer el texto de la moción pinche aquí