La plantilla de Saint Gobain Isover Ibérica, S.L. de Azuqueca de Henares sigue secundando los paros de cuatro horas por turno convocados por el comité de empresa en defensa del convenio colectivo. En el día de hoy han contado con el apoyo de movimientos sociales y formaciones políticas del municipio y de la provincia, así como con el de los secretarios generales de CC.OO-Guadalajara y de CC.OO-Industria CLM y el de los ocho sindicalistas de Airbus imputados por los incidentes que tuvieron lugar durante la Huelga General del 29 de septiembre de 2010 contra el gobierno socialista de Rodríguez Zapatero y para los que el fiscal pide ocho años y tres meses de cárcel por enfrentarse a los antidisturbios. El juicio tendrá lugar en febrero de 2016 y se espera que tenga una duración de cuatro días.

Estos paros de cuatro horas por turno llevan celebrándose desde el pasado día 2 de julio y tienen lugar todos los martes, jueves y viernes y  se prolongarán al mes de agosto si no se llega a un acuerdo.

El nuevo convenio comenzó a discutirse tras segregarse a finales del año pasado Saint Gobain Isover de Saint Gobain Cristalería. Lo que pretende la empresa es modificar la política de subcontratación, congelar los salarios, no ligar la subida salarial al IPC e implantar la distribución irregular de la jornada.

Son 205 personas la que trabajan en Saint Gobain Isover, concretamente, 180 en la planta de producción de Azuqueca de Henares que ven peligrar sus derechos laborales y salariales.

La reforma laboral del gobierno socialista de Zapatero supuso un incremento del poder unilateral de los empresarios, vaciando de contenido los principios clásicos del derecho laboral, como un diagnóstico equivocado sobre las causas del paro y sus posibles soluciones.

Las medidas aprobadas provocaron un claro deterioro de derechos esenciales de los trabajadores: el de la causalidad del despido y su indemnización, el de la negociación colectiva y la fuerza vinculante de los convenios, el de la tutela judicial efectiva o el de mantenimiento de las condiciones laborales pactadas.

No debemos resignarnos a perder sin más nuestros derechos. Primero, porque la razón de ser del derecho laboral es precisamente la relación desigual que existe entre el asalariado y el empleador, la asimetría intrínseca entre trabajadores y empresas que caracteriza el contrato individual de trabajo, y segundo, porque son derechos constitucionales, que forman parte en sí mismos de la democracia y que no pueden quedarse a las puertas de las empresas.

Estamos ante una pérdida de derechos que se suma al hundimiento de nuestro sistema democrático, y de manera esencial en la pérdida de soberanía de la política económica frente a los mercados e instituciones, responsables del sufrimiento de los ciudadanos.

No lo consintamos.