El pasado jueves 5 de mayo veíamos a nuestro presidente Emiliano García-Page acudiendo a la entrega de unos premios en el Campus Tecnológico de la Fábrica de Armas de la Universidad de Castilla-La Mancha. Unos premios que no sabemos a qué hacen referencia, pero que desgraciadamente han generado polémica.
A García-Page no le resultó complicado acudir al evento, no hay cosa que más les guste a los señores y señoras socialistas que llegar a este tipo de actos, dar el discurso, aplaudir y hacerse la foto con los premiados. Lo vergonzoso de todo fue ver esto último: una estampa compuesta por el presidente autonómico, una mujer vestida con un niqab, de la que sólo se podía intuir sus ojos tras unas gafas y de la que ni siquiera ha trascendido su nombre y para rematar la escena, el príncipe Abdulaziz Bin Abdullah Bin Abdulaziz de Arabia Saudí, un reino ultraconservador conocido como el oscuro reino de las tinieblas, dada la ausencia del respeto más mínimo por los derechos humanos en lo que las mujeres se refiere.
Durante la recogida de galardones, el presidente de Castilla-La Mancha no dudó en poner de manifiesto su agradecimiento a la Casa Real Saudí y mientras posaba con una mujer a la que ni siquiera se le veían los ojos, se atrevió a decir que había que fomentar el diálogo frente al extremismos y la intolerancia, pero no hizo ningún comentario acerca de la situación de la mujer en los países árabes ni tampoco sobre el atuendo de la premiada.
Es vergonzoso ver al señor Page retratarse con la representación de uno de los regímenes más brutales y machistas del mundo y con una mujer oculta bajo una tela que le reduce el campo visual, provocando que los objetos pierda su contorno y se sienta insegura para moverse en un entorno borroso.
Estamos a la espera de que las señoras y señores socialistas de Azuqueca de Henares reprueben la conducta de García-Page por tan bochornoso espectáculo. Esperamos que no pongan la lealtad al jefe por encima de la defensa de la igualdad.