Debe quedar aclarado que el dinero que manejan las Administraciones Públicas es un dinero que no pertenece a los representantes políticos, aunque algunos lo olviden y lo gaste a capricho, ni de los gestores públicos, sino de todos los ciudadanos. Por este motivo, el uso que aquellos hagan de esos fondos no puede ser discrecional, sino que debe estar sujeto a una serie de controles que garanticen su correcto empleo en aras del bien común y la mejora de la calidad de vida de sus vecinos.

En este sentido, uno de los controles existentes es el control presupuestario, que implica que los ingresos públicos sólo pueden gastarse conforme a lo estipulado en el presupuesto.

Sin embargo, una de las vías más sencillas y a la que recurren los gobiernos locales para gastar de forma discrecional a pesar de lo aprobado en el presupuesto anual, es el empleo de los denominados reconocimientos extrajudiciales de crédito, que no son más que el reflejo de una manifiesta deficiencia en la gestión municipal.

El reconocimiento extrajudicial de crédito es el mecanismo establecido por el ordenamiento jurídico para proceder al pago de aquellas facturas por las que se han contraído obligaciones sin la correspondiente consignación presupuestaria. Pese a ser una figura excepcional que debería utilizarse en casos muy concretos para dar solución a aspectos muy puntuales, la realidad muestra que se utiliza en demasiados casos (como sucede en nuestro Ayuntamiento con el Gobierno de José Luis Blanco al frente), para eludir el incumplimiento de la normativa de contratación, entendido como una solución procedimental que todo lo arregla cuando no se ha cumplido ni el procedimiento contractual ni presupuestario.

La falta de control interno y las decisiones políticas inadecuadas, hacen que este método se convierta en algo habitual. Existen gastos que pueden tener un carácter urgente o extraordinario que tal vez pudieran justificar el uso de este procedimiento. Pero en una buena parte de las facturas examinadas y recogidas en los dos reconocimientos extrajudiciales que ha presentado el Gobierno de Blanco en lo que llevamos de año, por un importe de 2.251.467,73 euros, la naturaleza del gasto no se corresponde con el carácter que debería tener un reconocimiento extrajudicial de crédito y en muchos de los casos no se sigue los procedimientos exigidos por la normativa de contratación.

Las decisiones políticas y arbitrarias del señor Blanco hacen que este método se convierta en una herramienta de uso habitual en nuestro Ayuntamiento para pagar sus despilfarros con el dinero de todos.

En en el enlace que aparece a continuación, puede comprobar algunos de los importes destinados a festejos, a festejos taurinos, a medios de comunicación para propaganda de su Gobierno y a promoción de mayores, que en todo ello le va el voto.

Si quiere conocer el importe de algunas facturas recogidas en el reconocimiento extrajudicial de crédito nº 2 pinche aquí.