La pandemia global que sufrimos es una crisis nunca vista: es la primera vez en la historia de la humanidad que se decreta una cuarentena mundial con confinamientos masivos a causa de un virus desconocido.
La pandemia del COVID-19 se está cobrando en nuestro país un espantoso tributo de miles de vidas. La última cifra de fallecidos diarios asciende a 217, que sumada a las anteriores da como resultado 27.321 personas muertas a causa de esta enfermedad.
Los epidemiólogos hablan de la lucha contra el coronavirus como una guerra larga en la que no podemos permitirnos ni un solo error. Una guerra que, desgraciadamente, no ha terminado porque nos encontramos en medio de las primeras batallas.
Además, se acaba de saber que sólo el 5% de la población ha sido contagiada por el virus, lo que significa al menos tres cosas: que somos muy vulnerables como grupo ante la enfermedad, que existe un riesgo elevado de rebrotes y que las medidas higiénicas, de disciplina y de distanciamiento social son más necesarias que nunca.
Por esta razón, la gran mayoría de los Gobiernos municipales y autonómicos, entre ellos el de Castilla-La Mancha, han pospuesto los actos que tenía previstos en el día de sus festividades locales y regionales, para homenajear a las víctimas y a todas las personas que nos cuidan a diario para reducir al máximo el número de muertes que, desgraciadamente, continúan produciéndose, por mucho que sea el dolor que nos embargue y por mucha que sea la impotencia que sentimos.
Una mínima prudencia dicta que el momento del homenaje público, tan necesario y querido, llegará cuando la situación esté controlada y no implique riesgos inasumibles porque, por ahora, el mejor homenaje que se puede hacer es evitar al máximo los contagios imprudentes que producirán, mientras no haya un remedio o una vacuna, más muertes en el futuro.
Otros Ayuntamientos han optado, dentro del respeto a la prudencia, por hacer un acto de reconocimiento dentro de los límites de la seguridad médica, consistente en la lectura de una Declaración Institucional seguida de un minuto de silencio por parte de Alcalde y de los portavoces de los distintos grupos políticos, sin aglomeraciones de personas ni convocatorias públicas tan inconvenientes como peligrosas.
Sin embargo, en Azuqueca de Henares, el Gobierno municipal decidió, sin haberlo consultado previamente con los grupos de la oposición, celebrar la festividad de San Isidro, el día 15 de mayo, aprovechando la fecha para realizar un acto de homenaje a las víctimas y a los profesionales públicos y privados que han estado y están en primera línea contra la enfermedad. Para ello, el Alcalde hubo de equiparar legalmente un acto de homenaje a un espectáculo, lo cual no deja de ser un falta de respeto, para congregar a más de 60 personas en una plaza pública que es, además, vía de paso, con asientos para cada uno de los invitados, acto en el que el Alcalde no se privaría de dar un discurso y entregar espigas, cerrándolo la banda municipal de música con sendas interpretaciones del himno nacional y del pasodoble «Suspiros de España».
No cabe mayor irresponsabilidad en estos momentos de pesadumbre y riesgo, aunque no nos extraña en un Alcalde para el que lo más importante es tener un momento de gloria, aunque para ello tenga que poner en riesgo la salud del conjunto de la ciudadanía.
La opinión pública debe saber que todos los grupos políticos de la oposición manifestamos al Alcalde la necesidad de hacer un homenaje institucional a la víctimas y a todas las personas que a diario se están enfrentando a la pandemia (sanitarios, cuerpos y fuerzas de seguridad, Protección Civil, comerciantes, farmacéuticos, etc.) pero en otras circunstancias más favorables o de un modo mucho más prudente para no poner en riesgo a la población. Por desgracia, el Gobierno municipal no tuvo en cuenta la opinión del resto de las formaciones políticas y siguió con sus planes.
Para Izquierda Unida, la crisis del coronavirus también tiene una vertiente ética que se traduce en responsabilidad, civismo y ejemplaridad, que es a su vez lo que le estamos solicitando a la ciudadanía, como es nuestra obligación.
Al parecer, el acto ha sido suspendido ante las previsiones de lluvia. No obstante, informamos que nuestros ediles no asistirán a ningún acto multitudinario mientras las condiciones no lo permitan, porque el mejor homenaje a nuestros sanitarios, trabajadores públicos y privados, a las víctimas y a sus familiares es evitar contagios causados por la imprudencia y velar por la seguridad de todos.