El día 24 de mayo se celebró un pleno en el que IU presentó dos mociones muy importantes. La primera se titulaba “Contra el Plan de Ajuste del Gobierno y por una Salida Social a la Crisis.” En ella se pedía, entre otras cosas, que el Gobierno anulara el Decreto de ajuste que rebaja el sueldo de los trabajadores públicos y que congela las pensiones. Además, en la moción se planteaba que se cargara la responsabilidad de la crisis a quienes la han provocado y que se protegiera a parados y trabajadores que, además de víctimas, no pueden ser los que paguen las fechorías cometidas por banqueros sin escrúpulos y por especuladores sin entrañas. Sin que mediara ningún debate con nuestro portavoz, Emilio Alvarado, el PSOE votó en contra de la moción y el PP se abstuvo, recibiendo la misma únicamente los votos favorables de los dos concejales de IU. En consecuencia,

IU se quedó sola en la defensa de los trabajadores, en este caso públicos, y de los pensionistas, mientras que el resto de los partidos decidió tumbar la moción. Como es ya costumbre los medios de comunicación provinciales no recogieron este hecho tan grave, demostrando así su afán de ocultar las propuestas de IU y de tapar las vergüenzas de los de siempre.
La segunda moción presentada por IU trataba de enmendar una injusticia histórica que debería haber sido resuelta muchos años atrás, como es que Azuqueca de Henares no haya dedicado ninguna calle, plaza o avenida al último alcalde elegido democráticamente antes de la llegada de la dictadura. El único punto de la moción, por tanto, pedía ese reconocimiento para D. Jesús Tortuero Silvestre, Alcalde de Azuqueca de Henares entre el 15 de julio de 1936 y el 16 de marzo de 1937, que acabó fusilado por los que se levantaron en armas contra el gobierno legítimo de la República. El PSOE se sumó a la moción que presentamos y el PP, demostrando una absoluta falta de respeto por el pleno municipal, se ausentó cobardemente con el fin de no debatir con nuestro portavoz municipal un asunto en el que tenían mucho que perder. Este hecho nos parece gravísimo y demuestra que España es rehén de una anomalía antidemocrática alimentada por el PP y por sus nuevos ideólogos.