El mito del crecimiento como salida de la crisis. Este era el título de la conferencia que impartió D. Gregorio López Sanz, profesor titular del Área de Política Económica de la Universidad de Castilla-La Mancha, coordinador del Comité Científico de ATTAC-España y miembro de Ecologistas en Acción. Su conferencia fue la tercera del ciclo Explorando Alternativas, tras las impartidas en diciembre y en febrero por los profesores de Ciencia Política de la Universidad Complutense, D. Juan Carlos Monedero y D. Ariel Jerez, respectivamente.

La tesis del profesor López Sanz es que el crecimiento capitalista no nos sacará de la crisis sino que, muy al contrario, ahondará la miseria y la pobreza que ya sufrimos. Esto es así porque el capitalismo es un régimen de acumulación en crisis sistémica desde la Segunda Guerra Mundial, incompatible con las necesidades humanas, con el equilibrio medioambiental, basado en la explotación del hombre por el hombre y en la dominación de los países ricos sobre los pobres. Dicho esto, despunta una consecuencia: con el capitalismo no hay remedio porque el capitalismo es el problema o, dicho al revés, si se quiere buscar un camino para la salvación de la humanidad habrá que hacerlo fuera del capitalismo.

Las antinomias del capitalismo son evidentes: necesita varios planetas para sobrevivir pero nuestro planeta es uno y frágil, necesita consumidores mientras destruye a los trabajadores que ya no pueden consumir, mercantiliza todas las relaciones humanas cuando tal cosa es inviable, predica la democracia pero la destruye con sus globalizaciones y con la circulación libre de capitales, reclama ayudas públicas para salvar a la banca mientras que socava las bases fiscales de los Estados, asegura crear un mercado mundial pero separa irremediablemente a los países ricos de los pobres, predica la igualdad por el egoísmo cuando el egoísmo conduce a más egoísmo, exige seguridad mientras provoca la mayor de las inseguridades; en pocas palabras, propone el cielo cuando trae el infierno.

Fuera del capitalismo hay vida, mejor y más auténtica que dentro de él, por más que los defensores del sistema nos lleven a creer lo contrario, contra todas las evidencias y el sentido común. La tarea, por tanto, es, antes que nada, convencerse de que hay otro mundo que nos espera si tenemos los redaños de construirlo. Un mundo cooperativo, desmercantilizado y respetuoso con el hombre y la naturaleza en el que se satisfagan de manera digna y austera las necesidades humanas.

El público asistente llenó el salón de actos de El Foro, siguiendo con interés la exposición del ponente, tras la cual hubo un animado turno de preguntas que terminó sobre las 21’00 horas.