Los que mandan no son más listos, ni más altos, ni más guapos, pero sí están muy bien organizados, mucho más que los que obedecemos, que somos el 99%.
Organízate y sal a la calle.
Quejarse en solitario es perder el tiempo, frustrarse, reforzar a los que gobiernan, contribuir al hundimiento programado.
Que este primero de mayo, día del trabajador, sea distinto a todos los anteriores.
Que se llenen las plazas, que se llenen las calles, que la ola de descontento sea tan poderosa que no quede duda.
Somos muchos más y tenemos razón.