Comenzó el Pleno con cuatro asuntos económicos relacionados entre sí y que fueron debatidos a la vez: una transferencia de crédito (consistente en cambiar unas partidas de inversiones por otras sin alteración del montante final), una modificación del anexo de inversiones (a qué partidas concretas se orientarán las inversiones ahora decididas con el detalle de sus fuentes de financiación), un suplemento de crédito para aumentar el presupuesto en inversiones por un importe de 540.000 euros y, finalmente, un crédito extraordinario para acometer inversiones sin dotación previa por un importe de 1.395.000 euros.

Estas operaciones traslucen tres asuntos: que hay remanente líquido de tesorería para acometer el nuevo plan inversor que sustituye al fijado en los presupuestos, que los proveedores cobran sin retraso y que las inversiones van a destinarse casi en su integridad a la reparación de espacios públicos que habían sufrido un deterioro en los últimos años por un mantenimiento deficiente.

¿Cómo se llega a esta situación económica que es nueva en la legislatura? El alcalde y el concejal de hacienda sostuvieron, faltaría más, que por su magnífica gestión. Según ambos, hay remanentes de tesorería y se paga a tiempo a los proveedores porque ellos son unos fenómenos y de esos remanentes vienen estas inversiones que se esperan como agua de mayo. Los hechos, en cambio, nos informan de la verdad, por más que el alcalde y el concejal hinchen sus pechos para entonar himnos laudatorios: hay remanentes porque se heredó una situación financiera muy sólida de la legislatura anterior (con un gobierno de coalición con IU), se paga a los proveedores porque el gobierno municipal firmó un crédito usurero auspiciado por el gobierno central cuyos intereses soportan los vecinos, se gasta menos porque el señor alcalde y su concejal de hacienda han privatizado, recortado y despedido a personal contratado por el Ayuntamiento y, finalmente, se recauda más porque este gobierno ha subido las tasas y los precios públicos hasta un 500% y el IBI de manera escandalosa.

A pesar de la laudatio y del autobombo del gobierno, y sentada la aclaración anterior, aprobamos las inversiones propuestas porque ya las pedimos hace dos años y porque no es un derroche mantener y cuidar lo que se tiene, sino todo lo contrario, ya que lo que sale carísimo es el deterioro y el posterior arreglo de lo que no se cuidó debidamente.

Tras los asuntos económicos se discutió el Plan Municipal de Infancia y Adolescencia, documento presentado por el gobierno municipal para que nuestra ciudad sea parte de la Red de Municipios Amigos de la Infancia, que es una iniciativa auspiciada por Unicef. El plan municipal es un compendio de las políticas que este municipio viene ejecutando a favor de la infancia desde hace varias legislaturas, porque en esta materia ha habido continuidad afortunadamente. El plan presentado por el gobierno era aceptable, excepto en lo relativo a las dotaciones económicas, que faltaban. El portavoz de IU señaló esta ausencia y pidió al gobierno que la subsanara urgentemente, a lo que la concejala del área se avino. En la votación se alcanzó la unanimidad y el plan fue aprobado.

El orden del día llevaba, entonces, a debatir y votar las mociones, que eran cuatro más una propuesta de la alcaldía.

La primera moción exigía a Cospedal que abriera los comedores escolares durante el verano y que dotara a este servicio de los medios adecuados para el próximo curso. Recordemos, porque no hay que olvidar las infamias, que Cospedal, que es secretaria general de un partido plagado de corruptos, imputados, condenados y ya encarcelados, le quitó las becas a los niños que no tienen qué comer y que por esa razón los niños pobres pasan hambre, también los de nuestro municipio si no estuvieran amparados por la corporación, lo cual es imperdonable, una vergüenza, un insulto, un acto que condena e inhabilita a Cospedal y a su gobierno a perpetuidad y por el que pagarán políticamente más pronto que tarde. El origen de esta moción era doble: un texto presentado por IU y otro por el PSOE. Como ambos escritos pedían lo mismo se fundieron en uno, que fue el que se presentó al Pleno, alcanzando la condición de declaración institucional porque el resto de los concejales (PP y no adscritos) también lo suscribieron.

No recibió la unanimidad, aunque casi, la segunda moción, ésta presentada por el PSOE, en la que se volvía a pedir a Cospedal que cumpliera con sus obligaciones con los trabajadores de Azuqueca de Henares, a los que esta señora ha traicionado incontables veces con sus mentiras y latrocinios. Se exigía un plan de empleo y al gobierno central, además, medidas de fomento del trabajo para los jóvenes que, desgraciadamente, soportan cifras intolerables de paro que los machacan individualmente y los laminan como generación. Los únicos que se descolgaron de estas peticiones fueron los concejales del PP, que se abstuvieron para no enojar a su jefa política, sin que su mutis, para pasmo, no les impide apoyar un plan de empleo sólo con fondos municipales (cuando la competencia es de la Junta) sin reclamar con ultimátum a su superiora, Cospedal, que lo dote y, encima, afean a los ayuntamientos que asuman competencias que no les corresponden por orden de la verticalidad, lo cual es el colmo de la hipocresía y una falta de respeto al prójimo.

Ocurren miserias de este calibre porque las elecciones no se toman en serio y una porción sustancial de votantes no saben de la importancia de sus errores e irreflexiones cuando se acercan a las urnas. En este bendito país, hasta ayer mismo, se les reían las gracias a los corruptos, ladrones y mentirosos, aplaudiéndose a rabiar los agios, depredaciones y chanchullos cometidos por ellos junto con sus amigotes y cuñados, y aún hoy mismo algunos lo siguen haciendo aunque más a escondidas, con recato, porque la masa de los molestos es demasiado numerosa y una sola chispa bastaría para incendiar el bosque de la indignación.

En tercer lugar, el orden del día fijaba denunciar, a instancias de CCOO, los recortes y mutilaciones de la justicia promovidos por Gallardón, ministro responsable del ramo, que lo mismo da fe como notario que la impone a los demás, la religiosa y personal, sin que nada tenga que ver tal cosa con su condición de ministro sino de doctrinario, integrista y casullero. Gallardón primeramente deja a los pobres indefensos por inacción, porque un derecho lo es si se invoca ante un tribunal, pero si para invocarlo hay que tener peculio el que no lo tiene pierde el derecho igual que llega la muerte en la última hora de la existencia. Y, además, por involución de las leyes que convierten al ciudadano en delincuente y al que protesta en carne de juzgado o de presidio, condición muy necesaria para que el señor Gallardón, su familia y gobierno sigan depredando y protegiendo a su delincuencia con fuga incluida y amparo en domicilio paterno. Entre las fechorías de Gallardón contra Azuqueca de Henares resalta la de quitarnos el juzgado de paz y que nos olvidemos para siempre de tener un juzgado de primera instancia, porque en eso consiste para Gallardón la mejora de la justicia, en alejarla del ciudadano, en hacerla imperceptible, en llevarla tan lejos que el humilde pierda su amparo. Tras el debate, el texto redactado por CCOO fue presentado al Pleno como propuesta de la alcaldía y en la votación alcanzó la unanimidad de los concejales presentes.

En cuarto lugar, ocurrió algo, no por frecuente, de chiste, de broma: de nuevo el PP retiró una moción por insustancial e inoportuna. Expliquémonos: pedía el PP la adecuación del Plan General de Ordenación Municipal a la normativa vigente, cuando tal cosa no es necesaria (ya se está haciendo en la práctica) además de inoportuna y carísima porque Cospedal eliminó las subvenciones a tal efecto. Convencidos de la inanidad de la moción, los señores del PP decidieron retirarla mayormente para evitar un debate bochornoso en el que recibirían cornadas por los cuatro costados sin que pudieran hacer nada por esquivarlas.

Finalmente, el Pleno desembocó en la moción de IU que pedía un referéndum sobre la forma de Estado tras la abdicación del Borbón en su primogénito, que recibió la corona a la carrera, con los empujones del PP y del PSOE que estaban en el ajo de la decisión regia desde hacía meses, como si el tinglado formado por el bipartito y la corona temiera el juicio de los ciudadanos si las cosas se hacían sin doblez, con luz y con democracia. Y aquí se armó la marimorena. El PP dijo que no era el momento de consultas, los no adscritos que tampoco porque eran monárquicos (como si tal cosa tuviera algo que ver con el hecho de preguntar al pueblo cuál es su realísima voluntad sobre este asunto) y el PSOE, por boca de su portavoz y por el alcalde (que ejerce como Guarinos de segundo portavoz, abusando de su cargo con cobardía) que aún siendo republicanos no les daba la real gana de preguntar al pueblo sobre esta cuestión. Tuvimos que escuchar penosas argumentaciones, faltas de respeto y lecciones de historia que mostraron las indigencias intelectuales de quienes las farfullaban. A la hora de la verdad, IU se quedó sola y su moción que pedía un referéndum acabó en la basura gracias a los votos en contra de los no adscritos, del PP y del PSOE, juntos todos para no desentonar en esta santa alianza renovada contra IU y otras fuerzas que piden ya un nuevo proceso constituyente que dé vida y esperanza a nuestro país.

Es sabido que los plebeyos no tenemos corona pero sí coronilla, siendo un hecho que estamos hasta la misma por el encumbramiento urgentísimo de Filipo VI, que nos escamoteó, con la complicidad del PP y del PSOE, el derecho a decidir sobre la forma de Estado y otras cuestiones de la mayor importancia. Aunque al pueblo le falte el adorno regio en la cabeza tiene el caletre coronado, punto a partir del cual se esparcen la razón, las ideas y el cabello, aunque no siempre a la vez, gracias a lo cual se concluye que la única forma de tomarse en serio a la monarquía en el siglo XXI es considerarla cosa de zarzuela y mandarla a hacer gorgoritos y a bailar la polca de la abdicación perpetua con música de Chapí y letra de Carrión y Aza, junto con quienes la sostienen, corte de los milagros que lleva casi cuatro décadas haciendo del BOE su monipodio y colocando a miles, con signos de podredumbre medular muy avanzados ya en el caso del PP y con desgaste y cuarteamiento muy profundos en el PSOE.

Vergonzosa fue la actuación, sí, decimos bien, actuación, numerito o performance del alcalde cuando se discutió este asunto. Abusó de su posición, con cobardía, como acostumbra Guarinos en diputación o peor aún, vociferó, faltó al respeto y mintió sin tasa. No es la primera vez y no será la última que lo hace, porque está en la naturaleza de este señor esta veta que ya pronto no tendremos que aguantar más veces, seguro.

Y así terminó el Pleno de junio, con signos evidentes de que lo viejo, que ha de morir, se resiste a hacerlo.