Los talleres de danza de la Casa de la Cultura están hechos unos zorros, se ven mugrientos, con un vinilo resbaladizo y peligroso por culpa de la incompetencia de la concejala, doña Sandra Yagüe.

El abandono que sufren los talleres de cultura es consustancial al mandato de la concejala. Fue llegar la señora Yagüe y comenzar un desbarajuste que hoy es ya dejadez absoluta.

No puede aducir la concejala desconocimiento de la situación porque ha sido advertida hasta el hartazgo del deterioro material que sufren los talleres por su culpa.

Está visto que los talleres le importan un comino, al igual que la dignidad de los trabajadores y la integridad de los alumnos que en ellos cursan. ¿Que los primeros cobran un salario de miseria? Ande yo caliente. ¿Que los segundos tropiezan y se caen más de la cuenta? Qué importa.

Pareciera que la concejala deseara el fracaso de los talleres o que se deterioren tanto que haya que sustituirlos por otras fórmulas privatizadoras o en las que quepa mayor discrecionalidad a la hora de elegir cómo y, sobre todo, quién. Antecedentes hay.

Lo diremos alto y claro: por la incuria de Sandra Yagüe la danza se imparte en un lugar sucio y peligroso, en condiciones inadmisibles.

Y esto no lo dice sólo IU, que bastaría, sino que es un clamor.

Mientras tanto, en vez de rectificarla el gobierno de mayoría absoluta del PSOE tapa a su concejala, convirtiéndose en cómplice y culpable de su negligencia.