El Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha acaba de sentenciar (cinco de mayo del presente) que La Alameda Agua y Salud, empresa que gestiona la piscina municipal cubierta de Azuqueca de Henares, vulnera los derechos constitucionales de los trabajadores, concretamente el derecho a la tutela judicial efectiva (art. 24.1 de la Constitución).

Pero la empresa no sólo incurre en esta gravedad. Además, el tribunal sentencia que La Alameda Agua y Salud echa a la calle a quien osa reclamar lo que le corresponde por convenio, inventándose falsos despidos disciplinarios, puros actos de represalia que, a la vez, son advertencia para que el resto de sus empleados acepte con resignación la santa voluntad patronal.

A esta sentencia se llega tras más de año y medio de calvario personal y judicial de la trabajadora represaliada, que tuvo el atrevimiento de pedirle a la empresa que se le aplicaran las tablas salariales del convenio colectivo.

La trabajadora y madre de familia fue despedida el día 24 de enero de 2014 con argumentos falaces e hirientes que dañaban de modo muy grave su reputación como trabajadora y como persona.

Meses antes de la ejecución de esta vendetta, la trabajadora advirtió que la empresa iba a por ella.

La sospecha de la empleada se cumplió. No hablaba en vano porque conocía el paño de sus empleadores: constructores reciclados que viven de las privatizaciones municipales.

IU denunció los hechos nada más conocerlos. Pidió al gobierno de Bellido que hiciera algo contra el atropello sufrido por la taquillera despedida, toda vez que el historial de La Alameda Agua y Salud incluía antecedentes de otros abusos semejantes.

Ni el alcalde ni su gobierno movieron un dedo a favor de la trabajadora, aduciendo que el asunto estaba en los tribunales (la trabajadora denunció a la empresa, obviamente) lo cual, visto ahora con la perspectiva que da el tiempo, es una ironía porque el señor alcalde, habiendo sido denunciado por el PP y sin que medie aún sentencia exculpatoria, no para de reclamar apoyos y votos a favor de su inocencia, a lo cual tiene perfecto derecho, el mismo que le negó entonces a la trabajadora injusta e ilegalmente despedida.

IU denunció la represalia ante el Consejo de Igualdad, supuesto sancta sanctorum municipal de la igualdad entre hombres y mujeres. Vanamente. En este órgano la mayoría de bloqueo del PSOE y la concejala de igualdad, la señora Yagüe, se desvivieron por vetar el asunto, llegando a insinuar que algo habría hecho la trabajadora para merecer el despido y otras suciedades parecidas.

Para profundizar la humillación, esa misma mayoría aprobó organizar pantomimas “solidarias” con la empresa: una carrera llamada reto solidario por la igualdad para festejar el 8 de marzo, día internacional de la mujer trabajadora.

En julio de 2014, el Juzgado de lo social de Guadalajara sentenció la improcedencia del despido. La empresa lo aceptó sin rechistar, como mal menor, a sabiendas de que su culpa era mucho más grave.

Con la sentencia en la mano, IU volvió a pedir al gobierno de Bellido que hiciera algo contra la empresa condenada y concesionaria del servicio municipal. Empeño baldío. También ante el Consejo de Igualdad, que seguía bloqueado por la mayoría socialista que, saltándose la sentencia a la torera, decidió organizar otra kermese solidaria con La Alameda Agua y Salud para conmemorar otro día internacional de la mujer trabajadora. Aberrante.

La razón esgrimida entonces no podía ser más grotesca: la empresa gestionaria de la piscina municipal no había despedido improcedentemente a una mujer por ser mujer, sino que había despedido a una mujer trabajadora por reclamar sus derechos como mujer trabajadora, lo cual nada tenía que ver con la igualdad de derechos entre mujeres y hombres. Mareante.

Segura de su razón, la trabajadora despedida recurrió la improcedencia y ahora un tribunal superior dicta finalmente justicia al sentenciar la nulidad.

Ya dijimos en su momento y ratificamos ahora que el Consejo de Igualdad es un órgano dedicado a buscar la igualdad por la gramatiquería y las declaraciones rimbombantes, además de ser caja de resonancia del gobierno municipal y del partido llamado PSOE.

Denunciamos que la señora Yagüe, Concejala de Igualdad, ha deshonrado su cargo y termina su mandato con la mancha imborrable de haber colaborado institucionalmente con una empresa condenada por violar los derechos constitucionales de una mujer trabajadora.

Declaramos que el Concejal de Deportes, señor Escudero, responsable del control de las contratas privadas de deportes, siempre se puso de perfil en este asunto, que huía de la trabajadora cuando, desesperada y con lágrimas en los ojos, le pedía audiencia y que nunca reprochó a la empresa su comportamiento inmoral e ilegal.

Tampoco queremos dejar de significar que una parte del Consejo de Igualdad formado por marcas blancas del PSOE (asociación CRISOL, por ejemplo) y otras representantes socialistas han impedido que este asunto gravísimo tuviera la respuesta que se merecía, quitándole importancia y buscando su ocultación.

Dicho lo cual, a la señora Yagüe le pedimos que dimita, al igual que al señor Escudero. Si no lo hacen, exigimos al señor Bellido que los cese fulminantemente, pida excusas a la trabajadora represaliada y revise la concesión a La Alameda Agua y Salud para sancionarla con la mayor severidad, estudiando la posibilidad de retirarle el servicio con petición de daños, para lo cual deberá ordenar a los técnicos municipales la realización del informe correspondiente.

Y al señor Blanco, Concejal de Hacienda y miembro del mismo gobierno que tanto consintió en este desgraciado asunto, que se disculpe ante la trabajadora represaliada y se comprometa a emprender cuantas acciones quepan en derecho y en cumplimiento del pliego de condiciones contra La Alameda Agua y Salud, porque Azuqueca de Henares no se merece concesionarios así de sus servicios municipales.

La igualdad entre mujeres y hombres se defiende con hechos y no inaugurando rotondas. Menos lemas grandilocuentes y más ponerse del lado de las mujeres que son represaliadas por defender sus derechos laborales.

En 1911 no murieron abrasadas 146 mujeres en una fábrica de camisas en Nueva York (origen del 8 de marzo) para que las instituciones, poco más de un siglo después, conmemoren la dramática fecha abrazados con explotadores que pisotean los derechos constitucionales de las mujeres trabajadoras.