En la legislatura que acaba de finalizar el alcalde Bellido siempre se mostró dispuesto a aplicar los decretos de Rajoy, especialmente los que invalidaban convenios colectivos y recortaban derechos laborales.

Aplicó Bellido las directrices del PP con más diligencia que el propio PP, utilizando el argumento de que  “por imperativo legal”  se veía obligado a fastidiar al trabajador público.

El último ejemplo lo tenemos cuando el gobierno del PP decidió ampliar la jornada laboral de los empleados públicos a 37,5 horas (ley 2/2012 de 29 de junio). Esta ampliación de la jornada laboral en la administración no era más que la coartada del señor Rajoy para despedir a trabajadores públicos, como ya lo hiciera en educación, sanidad y servicios sociales en Castilla-La Mancha su émula, la señora Cospedal.

Para paliar esta medida fueron muchos los alcaldes, incluidos los del PP, que se comprometieron con los sindicatos a ampliar el tiempo de  “cortesía”  del que disponían los trabajadores para fichar sus entradas y salidas, lo que en la práctica significaba suprimir la media hora de más de jornada laboral que el Gobierno de Rajoy impuso.

Pero ni Bellido ni el que fuera concejal de hacienda, José Luis Blanco, actual alcalde en esta legislatura, se sentaron a negociar con la representación de los trabajadores el modo de amortiguar los golpes que el PP propinaba a los empleados públicos. Así que no era de extrañar que la presencia de los señores del PSOE en algunas manifestaciones y protestas laborales irritaran a los asistentes, hartos de sus cinismos e hipocresías.

Por todo ello, IU ha solicitado por escrito al nuevo gobierno que con urgencia, habilite quince minutos de  cortesía  en el fichaje de los trabajadores municipales tanto a la salida como a la entrada, en respuesta al aumento de la jornada laboral decretada por el gobierno de Rajoy en el año 2012, que fue aplicada de manera diligentísima por el gobierno de Pablo Bellido.

Esperamos que el nuevo alcalde, el señor Blanco, no sea de nuevo más papista que el papa.